jueves, 13 de agosto de 2009

Estampitas

Parroco: ¿Porqué haces eso?
El Alemán: Porque hice una promesa.
(La gente que estaba por ahí, cerca de la puerta de salida, comenzó a mirar curiosa)
P: Para hacer esto me tenes que pedir permiso a mi.
EA: A si?
P: Si. Y además tenés que hacerlo después de la celebración.
EA: Pero no estoy molestando a nadie. Estoy en la salida. Y se las doy a quienes se están retirando.
P: No importa. Una vez que termine, entregas lo que quieras. Pero del lado de afuera. ¿Sabes cual es la mejor forma de cumplirle una promesa a San Expedito?
EA: No, ¿cuál?
P: Viniendo a misa.
EA (visiblemente ofuscado): Mire usted. Y para regalar estampitas del otro lado de la puerta, ¿también le tengo que pedir permiso a usted?
P: Si.
EA: Mire usted.


P: ¿Sos de la zona?
EA: Si (cortante).
P: Tenes que venir más a Misa.
EA: Aha (con cara de orto).
P: Te enojaste…
EA: Por supuesto.
P: ¿Por que?
EA: ¿Que le parece? Ud. no es quien para venirme a decir si puedo repartir estampitas o no, ni adonde. La Iglesia en definitiva no es suya.
P: Si, es mía…y tuya.
EA: Entonces tengo todo el derecho de regalar estampitas.
P: Si.
EA: Y tampoco tiene el derecho a decirme lo que prometo, a quien le prometo y como lo cumplo.
P: Te enojaste…
EA: Por supuesto.

3 comentarios:

El Alemán dijo...

Gracias San Expedito...Perdón San Expedito.

Anónimo dijo...

Lamento no poder acompañarte pero creo que el párroco tiene mucha razon.
Saludos

El Alemán dijo...

Puede ser. No dije que yo tenía razón.
Pero si exigo firma del comentario, por favor!!