martes, 29 de julio de 2008

Me hice canción

Un día dejé de escucharlos. No se porque. Bah, en realidad si lo se. El grito visceral del cantante ya no era de mi agrado en una etapa de exploración británica soft llamada Oasis o Coldplay.
Antes, junto con otra banda del conurbano, era mi primera expresión adolescente. Cuando a la mayoría de la gente el ataque musical juvenil (recordando los cassettes de Baglietto – Seru – Lerner de mi hermana y los posters melenudos con Bon Jovi, Rata Blanca e Iron Maiden de mi hermano) se le da por los 13 o 14 años, a mi – en aquel verano de 1997 – se me dio a los 16.
En esa etapa, fui rengo y piojoso. Compré discos, usé remeras, asistí a recitales e, incluso, compartí una larga ronda de cervezas con los miembros de una de esas bandas en un barcito ubicado en la rambla de Playa Unión, justo cuando la noche se caía y los huecos de los bolsillos no llenaban pretensiones de “El Alamo”.
Hoy, le golpeo la puerta a los 30 y camino de traje con zapatos lustrados. De rebelde solo tengo un recuerdo con el carnet vencido y me hundo en planes conservadores.
Pero el auricular trae, no se como, algunos acordes en vivo de la vieja banda y la piel emula la de un pollo. Camino por Colón y el frío de julio golpea mis orejas. El sobretodo flamea con el viento y mis pelos se revolean desordenados.
“Hey Hey My My, el rock and roll no morirá jamás”, canta el Chizzo y hasta me parece verlo ofreciéndome llenar mi vaso con cerveza.

sábado, 26 de julio de 2008

La noche en que Cancún fue nuestra

Todas las noches lo mismo. Todos los colectivos de Cancún reinados por una veintena de veinteañeros americanos al grito de "U - S - A" o "show your tits" (la primera noche, incluso, me cuestioné por que carajo había dejado Buenos Aires). Los bares y boliches, también, respondían a ese patrón.
El miércoles, después de una buena noche en uno de esos antros, nos dispusimos a volver al hotel para "clavarnos" la típica hamburguesa. Buscamos la parada del bondi, esquivando taxistas al grito de "Hey, man, can I take you home?". "No, flaco, gracias".
Pagué mis $6 mexicanos como siempre y en el atiborrado bondi de yanquis opté por sentarme en las filas delanteras (no tenías ganas de lidiar con la mencionada banda). Los chicos se fueron para atrás.
El flaco que se sentaba a mi lado lucía un jersey de los Celtics de Boston y me hablaba de no se que mierda sobre el calor de México y Paul Pierce. Balbusié un par de "yeahs" para que no me rompa más las bolas.

Cuando estaba por darle fin a la conversación, escuche los acordes de una guitarra criolla. La bamba? "Si, es la bamba, la puta madre". Miré para atrás y estaban los chicos con un mexicano de un metro sesenta (ninguno supera esa medida), quien a cargo de una viola acústica pretendía hacerse de alguna moneda. No lo dudé. Tardé menos de un pensamiento en llegar al fondo.

Ahí me di cuenta que, en ese lugar, estaba latinoamerica: los chicos de Argentina, algunos mexicanos y un par de brasileros. Saltamos con "La Bamba" (a pesar que no nos representa tanto), golpeamos el techo del bondi y cantamos a morir.

El mexican, procurando inclinar la balanza un poco en favor de su bolsillo, interpretó un tema en inglés: Wonderwall de Oasis. La banda latina fue la única que cantó: "Today is gonna be the day that I gonna da ra da with you, by now you should so howwwww", etc.

El chango empezó a juntar monedas porque su función ya había terminado. La nuestra no. Cantamos "De música ligera" de Soda y, sobre todo (ahí perdí mi voz para el resto de la semana) "Yo no me sentaría a tu mesa" de los Fabulosos Cadillacs.

Para el final del tema, ya nos teníamos que bajar. No importaba. La noche ya había sido nuestra.

"Cambiar es dificil, pero vivir es así. Morir es en vano"

Sufriste por eso, no? Imagino que si. Lo espero en realidad. No puedo creer que el pasado te pueda pasar tan limpio por tu costado. Es natural. No lo niegues. Es entendible. A mi me pasaría igual. A quien no?
Volvió para prometerte lo que nunca pudo cumplir. No deberías creerle pero lo haces. En definitiva, es lo que estabas esperando.
Ayer se mostraba distante frente a vos y hasta se daba el lujo de negarte. Pero hoy no. Hoy, viajó desde lejos para mostrarte que todavía le importa. Inventó una excusa para encontrarte y vos, en definitiva, lo sabes. Lo sabes, no?
A veces ceder es mejor que hacer el duro. Yo mismo hoy en día sufro por cambiar. Cambiar por algo que será mejor. Pero el cambio supone dolor, contrariedad y malestar. Calculo que en terapia todo será más fácil. Imagino que lo que hoy pienso como imposible, después de aquello todo será al revés...y estar mejor. Mejor. Mejor conmigo mismo. Mejor con los demás.
Te entiendo como te sentís. Yo siento lo mismo. Me da miedo pensar en que pueda tener el valor para afrontar eso que temo. Temo de mi mismo y de lo que puedo llegar a hacer.
En definitiva, todos queremos estar bien. Innegable. Pero que difícil es conseguirlo, no? Calculo que todos estamos en este tren, buscando. Mañana me contarás. Y yo también. Espero encontrarte feliz. Igual que yo.

jueves, 17 de julio de 2008

Señales

Flor fantaseaba con el suicidio (me lo dijo un día en el colectivo).
Le daba vergüenza admitirlo y por eso me exigía silencio. Creo que sabía que solo pedía ayuda o de alguna forma forzar lo que quería.
Se sentía triste (seguro) pero intuyo que no perdía la esperanza de cambiar las cosas. Dijo, poco articuladamente, que se sentía desvalorada pero que también cansada de ser la causa de sus tristezas. Sabía que no podía pretender que la quieran como ella quería, ¡pero que bueno si así lo fuera!.
Supuse (por su llanto) que le dolían más las oposiciones de sus amigas ante sus reclamos que los reclamos en si.
Ya en el bar, con un wiskey de por medio, me volvió a decir que a veces imagina que si ella desaparece sabrán echarla de menos y arrepentirse de no acudir a su pedido de auxilio. En ese momento recuerdo que sus palabras me parecieron infantiles.
Supuse que Flor sabía que, en realidad, jamás iba a cumplir con su promesa (es fácil ver que no podría dejar atrás tantas cosas de su vida), pero le gustaba pensar que si. Sin embargo, de alguna forma quería que cada tanto sus amigas la hagan sentir que estaba viva. Que la querían. Que la valoraban. Dejar de pensar que ella estaba ahí solo porque ella así lo había forzado.
¡Carajo que cuesta reconocer los defectos! En definitiva, creí que sabía que todo se trataba de sus dramas y las vueltas que la hacían sentir así.
De alguna forma me reconoció que, en realidad, sus amigas la querían a su modo y ella no podía pretender cambiarlas. De hecho, aceptaba que nadie la podía cambiar a ella.
Sugerido un psicólogo, me contestó que no creía en eso. En definitiva, ¿Por qué habría de confiarle su vida a una mera opinión?
No se, mientras pagaba la cuenta y la invitaba a cambiar de bar, de alguna forma dejé de sentir desprecio por esta mina emocionalmente inestable, para mirarla finalmente con lástima. Pena por su estado, pena por su contrariedad. Pena por esos propios obstáculos que no la dejaban ser libre. Gozar de lo que tenía y buscar lo que es verdadero.
Llegados a la esquina, le inventé una excusa para volver a casa. La dejé en la parada del bondi y me volví pensando en otras cosas.
De Flor solo volví a saber hace una semana, cuando hojeando el Clarín, vi que algunos amigos citaban su nombre para darle una última despedida.

martes, 15 de julio de 2008

Las Plazas

Las plazas se abren y me miran inquisitivas.
¿De que lado estas? ¿Aquí o allá?
Sin dudas que estaré allí donde la libertad diga su nombre.
Me encontrarán en donde un precio no compre mi boleto.
En el país en el que uno mas uno es dos, y el esfuerzo no se paga con lamentos.
Sin dudas búsquenme allí, del lado de la paciencia, el sacrificio y la diligencia.
Donde la tierra se siente bien adentro. Donde la paz no es un maquillaje.
Por que solo yo seré responsable de mis éxitos y fracasos, y no por caprichos de los cansinos.
Despejen mi camino para que pueda recorrerlo tranquilo. Sin dudas no lo haré solo, y espero que lo hagan todos. Abran las vías de esta Argentina pidiendo que arranquemos
…y no pretender que nos lleven en colectivo.

lunes, 14 de julio de 2008

Corriendo el tiempo galopa para verte

Te extrañe, ¿sabías que te extrañe?
Pasaba la gente a mi lado, divertida y sonriente.
Y solo veía tus pupilas marcadas en las luces del torrente.
La arena blanca, sumisa bajo mi espalda,
Y sus hebras entre mis dedos, buscaban tus memorias.
Corriendo el tiempo galopa para verte.
La distancia y sus silencios, cobijan decisiones.
Te extrañe, pero creo que ya lo sabías.

Orgullo y sensibilidad

Si el dolor aqueja tu pecho, pero el silencio ajeno es su respuesta. Si estas buscando una mirada amiga que te pregunte que pasa y solo son pasos que se alejan. Podes buscar culparte a ti mismo y proponer una amnistía. Pero sigue golpeando tus pupilas y el agua escurre por tus mejillas. Si piensas que todos deben estar en lo cierto y ser solo vos quien se equivoca, mordiéndote los labios para callar la bronca.
La espera no es ayuda cuando los que gritan son mudos, y la sensibilidad no es una buena amiga.
La soledad del rencor es tan vacía como la del introvertido.
No todos los problemas se arreglan con el tiempo y quizás es bueno buscar apoyo.

Seguramente el orgullo no sea una salida.

lunes, 7 de julio de 2008

Carrete Tour 2008 - Cancun

Me fui de vacaciones y se ve que la ocurrencia se vino conmigo.
Para familiares, amigos y chusmas, aconsejo seguir las alternativas del Carrete Tour 2008 desde esta direccion...

http://recopla.wordpress.com/

Sds.

Psilocybe mexicana

Cancún muestra su reflejo tal cual se puede ver en algún canal de entretenimientos americanos: Yanquis eufóricos, humedad y excesos. La península artificial, construída sobre arena blanca importada, emula un espejo de Las Vegas y no es más que un Bariloche para veinteañeros.
Digamos que supimos arremangar nuestros documentos y jugar a que nuestros cuerpos no pasen las facturas que siempre llegan a nuestros domicilios.
Callemos algunas historias solo para saber que son nuestras. Dejémoslas solo como tesoros de quienes cursaron la aventura para darle un poco de emoción a esta vida laxa de lunes a viernes con horarios de oficina.
Juguemos a que podemos dejarnos llevar por nuestras fantasías y cortar con ataduras que empezaban a anudar nuestras muñecas.
Pensemos que tendremos otras oportunidades - sobre todo en vacas flacas - de mostrarnos tan amigos y juremos que no las desaprovecharemos.
Brindemos - porque eso es lo que hoy hacemos - con el plástico repetible de una barra sobre el agua, con jugos consumibles de nuestra juventud y perseverancia.
Miremos nuestras coyunturas y entendamos diferencias, conociendo desde luego cual es la vieja madera.
Cancún, como dije, es una isla artificial dentro de un poblado azteca, sumiso y moreno. Cancún esta plagado de humedad, yanquis y excesos. También está para probarnos, a veces, de que estamos hechos.