sábado, 26 de julio de 2008

La noche en que Cancún fue nuestra

Todas las noches lo mismo. Todos los colectivos de Cancún reinados por una veintena de veinteañeros americanos al grito de "U - S - A" o "show your tits" (la primera noche, incluso, me cuestioné por que carajo había dejado Buenos Aires). Los bares y boliches, también, respondían a ese patrón.
El miércoles, después de una buena noche en uno de esos antros, nos dispusimos a volver al hotel para "clavarnos" la típica hamburguesa. Buscamos la parada del bondi, esquivando taxistas al grito de "Hey, man, can I take you home?". "No, flaco, gracias".
Pagué mis $6 mexicanos como siempre y en el atiborrado bondi de yanquis opté por sentarme en las filas delanteras (no tenías ganas de lidiar con la mencionada banda). Los chicos se fueron para atrás.
El flaco que se sentaba a mi lado lucía un jersey de los Celtics de Boston y me hablaba de no se que mierda sobre el calor de México y Paul Pierce. Balbusié un par de "yeahs" para que no me rompa más las bolas.

Cuando estaba por darle fin a la conversación, escuche los acordes de una guitarra criolla. La bamba? "Si, es la bamba, la puta madre". Miré para atrás y estaban los chicos con un mexicano de un metro sesenta (ninguno supera esa medida), quien a cargo de una viola acústica pretendía hacerse de alguna moneda. No lo dudé. Tardé menos de un pensamiento en llegar al fondo.

Ahí me di cuenta que, en ese lugar, estaba latinoamerica: los chicos de Argentina, algunos mexicanos y un par de brasileros. Saltamos con "La Bamba" (a pesar que no nos representa tanto), golpeamos el techo del bondi y cantamos a morir.

El mexican, procurando inclinar la balanza un poco en favor de su bolsillo, interpretó un tema en inglés: Wonderwall de Oasis. La banda latina fue la única que cantó: "Today is gonna be the day that I gonna da ra da with you, by now you should so howwwww", etc.

El chango empezó a juntar monedas porque su función ya había terminado. La nuestra no. Cantamos "De música ligera" de Soda y, sobre todo (ahí perdí mi voz para el resto de la semana) "Yo no me sentaría a tu mesa" de los Fabulosos Cadillacs.

Para el final del tema, ya nos teníamos que bajar. No importaba. La noche ya había sido nuestra.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Vení para el fondo, puto!!!
Que grande.

El Alemán dijo...

Los coros de "La Bamba", que le dicen...

Anónimo dijo...

Muchachos dejemosnos de joder que el fondo del bondi siempre ha de ser nuestro.

Anónimo dijo...

Muchachos dejemosnos de joder que el fondo del bondi siempre ha de ser nuestro.