miércoles, 8 de julio de 2009

Briganti

Hombre (sentado en un sillón, de espaldas a la vidriera): ¿Cuanto sale esa? (señala el par de botas que tiene su mujer en la mano).
Mujer: $650.
Hombre: ¡Epa! (Dirigiéndose al vendedor) Te hago una pregunta: ¿No hay botas de montar, como quiere ella, entre $300 y $400 y pico?
Vendedor: No, van desde $500 a $700 aproximadamente.
Hombre: ¿Entonces porque ponen un cartel en vidriera que dice “Botas $249”?
Vendedor: Porque es este modelo (señalando un par de botas cortas, de suela de goma, visiblemente inferiores), pero solo me queda en 43.
Hombre: (dirigiéndose a la mujer) Son horribles.
Mujer: No me gustan.
Hombre: Ya se. A mi tampoco. Además, ¿que mujer calza 43?
Mujer: No se, Gordo. Yo no.
Hombre: Ya se. ¿Y la que estaba acá atrás en vidriera, Gorda? (señala para atrás con el dedo pulgar).
Mujer: Son las mismas de $650.
Hombre: ¿Son las mismas? (se da vuelta sobre el sillón).
Mujer: Si.
Hombre: A ver (toma el par de botas que estaban detrás, expuestas en vidriera)…Tenés razón.

Dueño: (se acerca presuroso al Hombre) ¡Señor! Todos los productos que están en exposición, también están en el salón para que usted los vea.
Hombre: …
Dueño: Ese producto también lo está.
Hombre:…
Dueño: …
Hombre: ¿Usted me esta diciendo que deje la bota entonces?
Dueño: Así es (cortante y serio).
Hombre: ¿Y porque no me lo dice directamente? (se para con la bota aún en la mano).
Dueño: Por que no le puedo decir eso…
Hombre: (visiblemente enojado) ¿Porque no?
Dueño: (visiblemente alterado) Por que se lo tengo que decir de otra forma, de buena manera….
Hombre: Bueno, no lo hizo. Está haciendo un escándalo porque levanté la bota un segundo.
Dueño: Deje la bota, señor (tendiendo su mano derecha).
Hombre: Acá tiene su bota de mierda…
Dueño: Gracias.
Hombre: Somos clientes con mi familia. Sepa usted que hemos comprado muchísimas cosas en este local. No me merezco un trato así. Es la última vez que piso este negocio.
Dueño: Me parece muy bien (dejando la bota en la vidriera).
Hombre: (tomando de la mano a su mujer, en dirección a la puerta) Viejo histérico de mierda.

Dueño (por lo bajo): Pendejo pelotudo.

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