El nerviosismo y las dudas ganaban las huestes del postgrado administrativo. Las bajas comenzoron a contarse por minutos. Corría la desazón y el desánimo.
Quince para las tres llego este mail:
"Señores, la vida esta llena de desafíos y momentos en los cuales hay que poner coraje y enfrentar los retos. De ejemplos esta cargada la historia. No creo necesario esbozar una arenga futbolera para recordarles que son todos letrados, profesionales del derecho, y que por tanto tienen los conocimientos necesarios para salir adelante en situaciones complicadas. No será ésta la primera vez, por cierto. “Soy toro en mi rodeo, y torazo en rodeo ajeno”, decía el Martin Fierro.
¿O me van a decir que no pueden escribir cinco o seis párrafos de control judicial suficiente, facultades regladas y discrecionales, DNU o legitimación? Los fallos - verdaderos cucos de esta parva de papeles – son para ejemplificar. Suficiente será conocer de que hablaba el caso y su holding. El resto es floreo decorador.
Por otro lado, hay que advertir que luego vienen las demoras. Piensen que rápidamente viene Acto Administrativo, Constitucional profundizado (dicen que lo es bastante) y procedimiento administrativo.
Bueno, en fin, será un placer compartir junto al Dr. Fonrouge - y a quien se anime – de ésta experiencia académica, que refuerza el temple y afirma el carácter.
Y de caer, lo haremos parados, dispuestos a dar la siguiente batalla".
Rendimos todos. William Wallace no lo pudo haber hecho mejor...
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