Viernes, 11.30 hs. Me acabo de pedir un remise. Me voy a Temperley a comer un asado a lo de mi Jefe. Va estar él con su banda de amigos del Club. Club de Rugbiers, aclaro. "Venite pendejo", me dijo ayer en la feria de los vinos, después de haber hecho entre los dos una disertación sobre las promotoras del evento, y un intento de elección de la reina del Dios Baco.
Estaba el escocés conmigo. En un principio le pareció medio pancho mi jefe, pero solo fue porque le molesto que mi éste lo haya invitado al asado recién cuando se estaba alejando de nosotros y no de frente. "Veni con tu amigo", dijo el Trompa en aquel momento. Pero después de eso, el scotish reflexionó y hizo el mejor análisis posible: "Es un tipo con códigos. Y no cualquiera. Código del Sur. Casi del Interior. No es como la gente de zona norte. Esa te caga. Esos chetitos te cagan".
Después me fui con el "suooootland" a comer una carne a las Cañitas para dar ocasión involuntariamente (por lo menos para mi, ya que creo que él lo tenía todo planeado) a una de las mejores charlas que he tenido con él. De las mejores creo que le queda chico.
Pero me estoy yendo de tema. Eso no es de lo que estoy hablando. El asunto es que me estoy yendo a TEM - PER - LEY, un viernes al mediodía a comer un asado con una banda de cuarentones. Tres cosas se me vienen a la cabeza de inmediato.
Primera: es toda una experiencia para mi, esta de tomarme un viernes para piantarme a hacer algo así. Siempre laburé y laburé sin parar. Basicamente, por responsabilidad. Por eso, es muy raro que me permita una licencia así. Jamás de este tipo. Jamás. Un cafecito por ahi, alguna vez. Irme a comprar pilcha, puede ser. ¿Pero rajarme cinco horas para irme a comer un asado? Jamás.
Esta bien. Me dirán: te piantas con la venia de tu jefe. Si, si, es cierto. Pero así y todo, siempre fui bastante estricto conmigo mismo, a tal punto que repensé dos o tres veces en confirmar que iba, y hasta reconozco que acepté en un impulso, ya que manejaba una amplia variante de excusas.
Segundo, me voy a recontra cagar de risa. Seguro. Nada mas que eso. Lo se. Tipos así. Grandes. Amigotes. En un asado al mediodía con vino y previa de un match importante. No hay que hacer un esfuerzo muy grande para saber que esto va a estar bueno.
Tercero, tengo la certeza que esto que estoy por hacer, a mi Jefe le llega muchísimo más que cualquier conquista laboral. Me ha felicitado varias veces por algún escrito o alguna carta documento. Pero esto es lo humano. Lo que le importa a él. Tiene códigos, dijo el "Suo" y tiene razón.
Estoy pensando si tengo que llevar algo. Un vinito, un wiskey, habanos, algo. Estoy seguro que tiene todo eso. No se si esta mal que llegue con las manos vacías, pero también hay que entender que vengo de la oficina. Podría parar en algun mercadito y comprar alguna pavada. No se.
El tema es que el chabón es un tipo que tiene un perfil un tanto alto. No puedo caer con cualquier cosa. Si le entregas algo material, tiene que ser de lo mejor. Me parece que no voy a llevar nada.
Solo tratar de entrar bien en el grupo. Eso es fundamental. Un par de chistes bien ubicados. Algunas chanzas me harán por ser el pendejo del grupo y, sobre todo, el empleado del Trompa. Esta bien. También reir ahí. Un comentario inteligente en esa situación serviría muchisimo. Muchisimo. Veremos.
Pero bueno, salgo en un rato. Después tengo que volver. Calculo que antes de que empiece el partido de los Pumas contra Francia por la primera fecha del Mundial de Rugby. Ya si me quedo a ver el partido vuelvo como a las siete de la tarde a Capital, y se me hace muy tarde. Tengo que dar clase en la Uba a la noche.
Esa es otra, no puedo escabiar mucho ya que tengo que dar clases. Un par de copitas de vino, nada mas. Sino a la noche me va a costar un huevo hablar dos horas frente a los alumnos. Por que no creo que me mame como para no estar parado, pero si chupas más o menos y después paras, a eso de las siete me voy a querer ir a dormir una siesta.
¿Y si el culeado este pone Rutini en la mesa? Ahi se me prenden fuego los papeles. Por que uno le puede esquivar el bulto a un Flichmann o a un Terrazas. Hasta un San Felicien. ¿Pero si este mete un Angélica Zapata en la mesa? ¡Ahi se van todos a la concha de su hermana! La Uba, Franja Morada, y todos juntos me pueden venir a buscar con la policía si hay unas botellitas del mejor vino de Argentina, no?
En fin. Esperemos que salga un buen asado y todos la pasemos bien. El Trompa es un grande. Llegó el remise.
1 comentario:
18:45 hs: Acabo de hablar con el autor de la nota. Se lo notaba afónico y con un par de copas de más.
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