El Cuervo tuerce la mano derecha mientras sostiene el vaso largo de plástico semi transparente, con el fernet ya caliente. Los dedos índice y mayor sostienen el LM prendido cinco segundo después del anterior. Pantalón pinzado claro, sweater oscuro y una camisa debajo. Zapatillas de tenis blancas.
Entre las luces del boliche y el humo de su cigarrillo, otea su cara enfrentando al grupo de minitas que baila desentendidas. El Cuervo y su estado deciden que una de ellas le está “histeriqueando”. Se queda parado, mirándola, como escondido entre el antebrazo y hombro derecho, detrás del vaso cada vez mas caliente. Sus ojos risueños le dicen a ella que se esta haciendo la boluda, que él ya se dio cuenta, que la tiene muerta y que está dispuesto a comerla ahí mismo.
Alguna otra noche hubiese optado por hacerle su paso rock registrado. Pero ya es algo tarde para transpirar. Impaciente, la toma de la mano y le clava los dientes en la mejilla derecha. El vaso vuela a la mierda ante el manotazo asustado de la rubia.
Entre las luces del boliche y el humo de su cigarrillo, otea su cara enfrentando al grupo de minitas que baila desentendidas. El Cuervo y su estado deciden que una de ellas le está “histeriqueando”. Se queda parado, mirándola, como escondido entre el antebrazo y hombro derecho, detrás del vaso cada vez mas caliente. Sus ojos risueños le dicen a ella que se esta haciendo la boluda, que él ya se dio cuenta, que la tiene muerta y que está dispuesto a comerla ahí mismo.
Alguna otra noche hubiese optado por hacerle su paso rock registrado. Pero ya es algo tarde para transpirar. Impaciente, la toma de la mano y le clava los dientes en la mejilla derecha. El vaso vuela a la mierda ante el manotazo asustado de la rubia.
Una vez más, calmamos a los que quieren cagarlo a trompadas, quien se va riendo, siguiendo con la mirada a su rubia histérica.
1 comentario:
Lo veo. Y eso que hace mucho que no lo veo.
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