La cuenta regresiva de estas vacaciones esta llegando a su punto cero. Mañana es día de petates, bolsas y bolsos.
El inventario culinario dirá que se hizo un lechón, un salmón y varias pizzas caseras al horno de barro; un cordero a la parrilla, brochettes de langostinos y varios asados; y una cazuela de mariscos, rabas y un pollo al disco, entre otras cuestiones menores.
Fueron 19 días netos. La mayoría de ellos comenzados en el dúplex de la playa. Continuamente pensaba en que tenía que escribir algo en este blog y que el material era bueno. El mar y la naturaleza, mi familia o la petisa, regalaban inspiración. Lo cierto es que los minutos contados delante del teclado eran escasos y acelerados. Siempre había algo mejor para hacer en ese momento. Algunas cosas quizás tengan la chance de ver la luz en este espacio en los días venideros.
Sin embargo, por breve que sea, puedo decir lo mejor que me dejó este verano: confirmar que este es mi lugar. Esta es mi tierra. De aquí soy y algún día volveré, definitivamente. No se cuando. O mejor si y me lo guardo.
No es para que mis conocidos empiecen a suponer finales. Solo saber, y entender, que aquí el viento sopla distinto para mi. Que el sol me quema de otra manera y el mar me suele contar sus cosas, además de escucharme con atención. Acá están mis raíces: se conservan en todas las esquinas con mis anécdotas. Se reflejan en las miradas de mis viejos y el plan que tengo para su vejez. Acá es donde veré a mis sobrinos hacerse hombres y, quizás, seguir un camino como el mío.
Pero por sobre todo, acá es donde mis hijos correrán descalzos. Donde salgan sin controles exagerados. Acá es donde todo pasará en adelante y la historia será interesante. La felicidad tiene domicilio en la Patagonia.
Espero me perdonen los amigos mas cercanos – mi única pérdida - y aquellos que me asignan otros planes. Hoy, para mañana, los tengo distintos. Hoy, sin ánimos de irme, ya tengo resuelto volver.
2 comentarios:
Leia y se me ponia la piel de gallina, como quien dice.
Termine de leer. Me quede mirando fijo la pantalla, din mirar en un punto fijo, como cuando buscas una explicacion ahi mismo y no la hay. Ahi fue donde se me cayo una lagrima.
Me mataste, hermano. Calculo que el nudo en la garganta será el mismo.
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