viernes, 24 de abril de 2009

Licencias

La conozco. Ya hace varios años. A través de sus gestos anticipo sus respuestas. Sus caras me indican señales, de avance y stop. Puedo saber, casi con certeza científica, cuando reclamar algo, hacer un chiste indiscreto o hasta consultarla sobre sus cuestiones más privadas. También sé cuando callarme la boca y dejarla hablar. Incluso advierto cuando solo me usa en sus insultos para canalizar frustraciones veladas. Ese conocimiento me ha convencido que lo mejor es respirar profundo y contar hasta mil, esperando solo que vengan sus disculpas del caso y reflexión posterior. O que solo pase el temblor.
No he vuelto a contrariarla. No he vuelto a responder sus insultos. Jamás me he permitido liberar esa caterva de crudas respuestas, que tantas veces repasé en aquellos mil segundos. Licencias que ni mis amigos disponen. Licencias que hacen a la paz mental. Un "si" vale más que la razón.

5 comentarios:

El Alemán dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
El Alemán dijo...

Aquí, con este texto, voy a inaugurar una modalidad. Cansado de tener que dar explicaciones de ciertos cuentos, convenciendo a mis relaciones que las experiencias del protagonista NO SIEMPRE son las mías, voy a hacer un pequeño comentario del texto escrito. Así, serán una suerte de "Notas del Autor" o "NdA". Aquí va la primera:

NdA: Confieso que este texto lo comencé escribiendo respecto de una mujer en particular. Pensando en la conveniencia que ella, particularmente, se reconozca en el texto, me di cuenta que ello era imposible…o mejor dicho, posible, pero en todas y cada una de “mis” conocidas. Es decir, no solo la mujer que inspiró este texto podría asumir que había sido escrito para ella, sino también que una serie indefinida de personas del mismo genero podría reconocerse en dicho texto.
Eso me hizo dar cuenta que no estaba escribiendo sobre alguien en particular, sino que estaba describiendo un rasgo “casi general” (así no molestamos a otra mujer querida que ha comentado aquí) en todas ellas, lo que genera siempre “casi en general” la misma reacción en la platea contraria.
En síntesis, antes creía correr el riesgo que me insulte una mujer por lo que escribí. Ahora corro el riesgo con que lo haga el corporativismo de todas.

El Alemán dijo...

(Ante alguna pregunta recibida) Aclaro que la censura del primer comentario fue a mi mismo, por algún error de edición en el mismo.

Baldosafloja dijo...

Deje se de charlataneria, todo, pero todo lo que se escribe en un blog es ficción. No aclare ni para quien, ni por quien, ni de qué manera. No hace falta. Abrazo.

Anónimo dijo...

Tal cual, se supone que lo que se escribe en un blog es ficción y con tantas aclaraciones al final siempre da la sensación de que hay un destinatario y/o un personaje de la realidad (y/o que te preocupa en demasía lo que piensa el lector). En definitiva, mejor no aclares que oscurece!