miércoles, 30 de enero de 2008

Brasil

Vuelto de mis vacaciones, algunas conclusiones del pueblo carioca:

1. Admiro la desinhibición de los negros: gordas y flacas usando tangas. “Bulteros” y “Maniseros”, feos y lindos, usando zungas. A nadie le importa. Nadie mira. Cada uno es feliz como es y no existe el complejo físico. Obvio, me compré una zunga...

2. No hay nadie mejor para servir cerveza como los brasileros. Siempre en el punto justo. Y tampoco se calienta. Tienen “termos”, donde va la botella, que mantiene la bebida en su punto justo. Ideal. Son testigo de mi constante ingesta "birriquitinera" los 5 kilos de mas que me traje del país del norte.

3. Otra: todos los bondis te paran en cualquier lado, si solo le levantas la mano. Anda a meterle la mano al 60 en una esquina que no corresponde: te lleva gratis hasta Tigre.

4. Sépanlo: jamás vamos a superar a los “grones” jugando al fútbol. Playa a la que vayas hay canchas y canchas de fútbol atiborradas de gente practicando el deporte (Copacabana en Río es un ejemplo) . Incluso presencié partidos en donde participaban mujeres que se la podrían pisar al defensor mas aguerrido del fútbol argentino.

5. Una estadística que me llenó de orgullo: A lo largo de los diez días que estuve en Buzios, observé 9 camisetas de Boca (dos de los cuales eran brasileros), 2 de River, 1 de Racing, 1 de San Lorenzo y 1 de Independiente. Otro dato del mismo tipo: fui al Maracaná y el ascensorista me dijo algo que la guía tradujo como “Te esta diciendo que a la Bombonera le tienen mucho miedo”.

En fin, no es ningún secreto que no me simpatizan los brasileros, pero la verdad debe decirse y en muchos aspectos (otros, además de los arriba señalados) su vida es más interesante que la nuestra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por sus minas, su alegría, su fútbol, su playa y su música (el orden de los factores no altera el producto), chapeau eterno a los brasucas.