Las chicas lo miran a él. Siempre lo miran a él. El grupo es grande y con variedad, pero ellas insisten con él.
Rubio, estatura normal, ojos claros, cara angulosa y barba de un par de días. Todo dicho para ellas. Cada vez que alguien un paneo por la pista, alguna lo esta mirando. Y él hace como que no le importa (está acostumbrado).
Pero al resto si. La banda se pone loca, y hasta alguno hace un chiste con tajearle la cara. Tienen que salir con pico y pala a la periferia para rescatar un empate sobre la hora.
Él ahora baila con la rubiecita del grupo. Gran cuello, hermosa espalda y mejor final. La da vuelta, la hace girar. Ella se marea un poco pero se ríe. Y él controla la situación. Alguno del grupo quiere sacar a bailar a alguna amiga de la blonda pero no…están las cuatro, contra la barra, mirando a la pareja como baila. En realidad lo miran a él. Y en las caras se le puede leer un “¿no es divino?”. Están contentas por su amiga, pero también deseosas que la largue de una vez y saque a alguna de ellas.
Se escucha de fondo: “¡Ruso, la puta que te parió! ¡Vamos a trajearle la cara al hijo de putas este!”. Alguno se ríe. Otros no.
El Ruso se aburre de la rubia, la suelta y va para la barra a buscar una cerveza. Cinco minutos de sana competencia en la pista. Codazos, empujones, tiros, puteadas. Sudor. Vuelve el Ruso…vuelve la guerra de trincheras en la periferia, piensan todos, buscando las sobras del Ruso.
Él se acerca de nuevo al grupo de chicas. La Rubita deja su vaso en la barra como para poder agarrar la mano que seguramente él le iba a tender. Las otras pusieron cara de “que suerte…”. Pero no…se acerca a la más alta. La mas linda del grupo (si, mas que la rubia), quien le dice que si sin dudarlo, sin darse cuenta que la blonda la miraba con cara de sorpresa.
Momento de cumbias y reggeatones…el Ruso usa las tácticas de siempre, hasta que consigue que sea ella quien lo abrace desde atrás. Todo dicho. De eso al beso quedan escasos segundos.
Ahora si la banda, viendo que la esperanza de ellas se esfumó, gana terreno de juego y empieza a sacar al resto del grupo, menos a la rubia que sigue mirando con odio a su amiga. Algunos ganan. Otros no. Se escucha por ahí un “¡¡¡Buena, Ruso!!!” de alguno.
Mientras se escapa la noche por la salida de emergencia, ellas avisan que se van. Todas juntas obviamente. La Banda se reúne en la barra y esperan que el Ruso vuelva a abrir caminos en la pista.
1 comentario:
Lo vi, lo creo, no exagera, es asi.
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