El canto oxidado del cuchillo olvidado
disfruta del filo renovado dado en verano.
Y en las tierras del sur ha encontrado,
lo que hasta ayer parecía haber olvidado.
Reyertas relegadas salieron al cruce,
como si fueran mosca detrás del dulce.
La chaira reluciente le saca provecho,
aunque, a veces, necesite un sortilegio.
Sin poesía y con poca elegancia,
la fiesta se fue armando sola.
Las noches de playa movían la cola,
Y a los gritos la luna mostraba la hilacha.
Si bien las rimas no son fuerte del remitente,
Estas palabras las escucha quien las entiende.
Me pone contento su masculina entrega,
Chapas bien clavadas, nunca se vuelan.
4 comentarios:
creo entender un par de esas palabras, y como dijo alguien ``El tiempo pone las cosas en su sitio y acaba mostrando los objetivos de cada persona`` demasiado serio lo mio, jaaja
A buen entendedor, buenas son las tortas...
Me gustaria tocar la viola para acompañarte.
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