sábado, 30 de mayo de 2009

Ayer, hoy, Los Piojos y lo perdurable.

En diciembre de 1996 mi hermano, recién venido de buenos aires, me entregó en mano el nuevo disco de una banda que estaba destinada a durar: Los Piojos y su Tercer Arco. Ese mismo día, quizás descubriendo mi adolescencia, comenzaba mi primer fanatismo por la música.
Algunos meses después, sería yo el que comenzaría mis primeras armas en ciudad capital, y con ella conocer a mis futuros mejores amigos.
Los Piojos y yo vivimos, quizás contemporáneamente, nuestro propio crecimiento personal.
Trece años después, hoy, se despide aquella banda de mi corazón.
Cómodo, sentados a la mesa del Ruso, tomando los vinos de mi próximo casamiento, vemos como no se quieren ir.
No puedo dejar de pensar que algunas cosas, destinadas a la gloria, se terminan. El Ruso, Diega y yo, seguimos brindando por lo que vendrá.

2 comentarios:

diego dijo...

Que buena noche.
La hazaña que nos clavamos y el trio de tintos con cata previa.
brindemos.

El Alemán dijo...

Te digo que estamos como para crear una peña "catadora" a ciegas de vinitos, eh.
Que gran valor el barato "Los Arboles".