Lo miré en forma despectiva mientrás se subía el pantalón, apurado. Asumí que estaría pensando las palabras que iba a decir, mientrás se abrochaba la camisa. Me anticipé prendiendo el televisor. Arrepentida, me cubrí con las frazadas hasta la pera y empecé a cambiar de canal. Hizo varios viajes del baño a la pieza. Sacó algo de la heladera y lo volvió a poner. Volvió al cuarto otra vez. Pensé que por el horario y sus zapatos de taco de madera, el de abajo no estaría muy contento. Advertí que era una situación repetida y quería facilitarnos las cosas. Reflexioné sobre los pensamientos antagónicos que dependen del momento. Me saludó con un beso en la mejilla. Se puso el abrigo y salió de la habitación. La puerta de entrada sonó seca. “Nunca más también debe estar pensando", me dije. Apagué el televisor. Me di vuelta en la cama, apurando el sueño para que el despertar se vista de olvido.
1 comentario:
Me gusta cuando me pasa esto. En este caso un cuento. Estoy apurado para ir a algún lado, se me ocurre una idea y la escribo en dos patadas y como sale.
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