Algo le pasaba indudablemente. Ella no acreditaba otra posibilidad. Claudio lo negaba y proponía un diálogo feliz.
Ella, no obstante, no estaba convencida, incluso ante su insistencia. Los diálogos correctos pero cortantes del viernes y sábado. El silencio hasta el domingo a la tarde. ¿Que otra explicación podría haber a su ausencia?
Él rogaba que eviten la discusión. Estaba cansado de hacerlo. Había estado tranquilo todo el fin de semana y quería seguir así.
Marisa no. Transformó la charla en discusión y ésta en pelea. Claudio perdió la paciencia y le rogó que se dé cuenta que las cosas no eran como ella siempre quería. A veces tenía que hacerle caso.
Ella siguió preguntando por falta de amor, infidelidades y otras desventuras.
Él solo quería que le dejen de romper las pelotas y de dirigir la vida.
Ella al día de hoy todavía no se dió cuenta que el problema era de ella, y aún trata de averiguar si él se fue finalmente con otra “minita”.
Él la extraña. Pero esta más tranquilo.
Ella, no obstante, no estaba convencida, incluso ante su insistencia. Los diálogos correctos pero cortantes del viernes y sábado. El silencio hasta el domingo a la tarde. ¿Que otra explicación podría haber a su ausencia?
Él rogaba que eviten la discusión. Estaba cansado de hacerlo. Había estado tranquilo todo el fin de semana y quería seguir así.
Marisa no. Transformó la charla en discusión y ésta en pelea. Claudio perdió la paciencia y le rogó que se dé cuenta que las cosas no eran como ella siempre quería. A veces tenía que hacerle caso.
Ella siguió preguntando por falta de amor, infidelidades y otras desventuras.
Él solo quería que le dejen de romper las pelotas y de dirigir la vida.
Ella al día de hoy todavía no se dió cuenta que el problema era de ella, y aún trata de averiguar si él se fue finalmente con otra “minita”.
Él la extraña. Pero esta más tranquilo.
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