La inmensa gloria es toda propia,
si la espera tuvo lucha y sacrificio.
“Reflejos, paciencia y velocidad”.
La esfera que busca el resquicio,
Hermosas marcas en su rebotar.
Una y otra vez vamos juntos,
“dame fuerza, coraje y serenidad”.
La espera en el viejo pensamiento,
anhelos guardados en el corazón,
el orgullo propio es miel del alma.
Las herramientas aquí conmigo,
“Reflejos, paciencia y velocidad”.
El dorado de los bellos sueños,
y el azul del amigo mar del sur.
Comentarios lejanos y frescos,
Tímido, galardones merecidos.
“Dame fuerza, coraje y serenidad”.
Escúchame, otra vez, te lo pido.
Aunque esto no merezca sentido.
Toda mi devoción te he prometido.
Aquí conmigo, San Expedito.
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